Nicole Junkermann: Ási es la Mecenas de la Agencia Magnum

La empresaria nacida en Alemania pero criada en Marbella, invierte tanto en negocios unicornio —de más de 1.000 millones de dólares— como en proyectos con vocación artística.

Artículo escrito originalmente por Emma Roig Askari y publicado en la edición de febrero de 2019 de Vanity Fair. Copyright de la foto Alex Bramall

Artículo escrito originalmente por Emma Roig Askari y publicado en la edición de febrero de 2019 de Vanity Fair. Copyright de la foto Alex Bramall

Nicole Brachetti Peretti es un antídoto contra los que se dejan guiar por los estereotipos. Tan rubia y con esa percha es fácil caer en la tentación de pensar que se ha dedicado toda su vida a ser modelo y que, tras casarse con un conde italiano y tener una hija, vive para su familia y su vida social. Nada más lejos de la realidad.

A los 12 años, Nicole —nacida Junkermann en Düsseldorf y criada en Marbella— desempeñó su primer trabajo, fue traductora de su padre en un viaje de negocios. Tiempo después mantiene su perfecto castellano, teñido con un leve acento alemán-andaluz. Pero su bautizo de fuego como empresaria surgió un día viendo un partido de fútbol —es una fanática del Real Madrid—. Mientras escribía su tesis, a la entonces estudiante se le ocurrió que no había razón para esperar al título y creó la plataforma de juego online Winamax. En 2002 cofundó Infront Sports and Media, que vendió en 2011, por 650 millones de euros. Después, invirtió en Really Sports, una de las tiendas de deportes más importantes de China, y dos años más tarde creó el fondo de capital riesgo United in Sports. En la actualidad, Nicole dirige NJF Holdings, con base en Londres, y ha colaborado en inversiones con personalidades de Silicon Valley como Eric Schmidt —Google— o Peter Thiel —Paypal—.

Nos recibe en su casa, situada en el epicentro de la ciudad de Londres. Llega como si tal cosa, con el pelo mojado y sin una gota de maquillaje. Son solo las nueve de la mañana, pero con disciplina alemana ha cubierto ya parte de su rutina. Se ha levantado a las seis para meditar. “En un mundo donde se nos bombardea con tanta información, lo encuentro fundamental”, dice. Normalmente, también se va a correr antes de leer los periódicos y de desayunar con su marido, el conde Ferdinando Brachetti Peretti, y su hija de un año, Vita. Ferdinando es el presidente y CEO de la empresa energética italiana Gruppo Api/IP y su familia tiene los viñedos Il Pollenza. “Me gusta que Vita pueda criarse rodeada de los valores tradicionales de nuestra familia”, apunta ella. Esta mañana, lleva como todo adorno una pulsera de plata creada por la tía materna de su marido, Elsa Peretti, la diseñadora de Tiffany & Co. y leyenda del Nueva York de la era de Studio 54, donde se codeaba con Andy Warhol, Halston y Liza Minnelli mientras triunfaba como modelo y era fotografiada por Helmut Newton.

Copyright de la foto Alex Bramall

Copyright de la foto Alex Bramall

Nicole revisa los trajes para la sesión fotográfica. No parece muy fascinada por la ropa. “La verdad es que prefiero leer un libro que ir de compras”, confiesa. La casa está llena de fotos realizadas por su marido, quien nos cuenta que después de conocerla se tropezó con ella en la Bienal de Venecia de 2011, donde él exponía. Siguieron varios años de desencuentros y finalmente, en 2015, coincidieron por casualidad en el lobby del Palace de Gstaad. “Cuando la vi, le dije: ‘Eres una mujer muy traviesa. ¿Por qué no me contestaste al mensaje que te dejé hace dos años?”. Desde entonces no se han separado, explica Ferdinando, que tiene dos hijos, Cosmo y Briano, de su anterior matrimonio con la princesa Mafalda von Hesse. La pequeña Vita aparece en el salón en brazos de su padre, sonriendo al equipo como si lo conociera de toda la vida. Su madre se derrite solamente con mirarla. Nicole tiene claro cómo educarla. “Mi madre me crio para ser una mujer independiente. Mi maravilloso marido tiene a su madre que, a pesar de haber crecido en un mundo dominado por hombres, es la única mujer elegida general del Ejército italiano. Me siento muy agradecida por esa generación que, teniéndolo mucho más difícil que nosotras, saltó obstáculos para hacer posible nuestra vida”.

Nicole tiene un lado analítico, pero también un espíritu aventurero que le permite apostar por industrias dispares. “Soy empresaria y estoy interesada en negocios que aporten ideas revolucionarias”. Acaba de ser nombrada consejera del subsecretario de Salud y Tecnología del Gobierno británico, pero también tiene una conciencia social que la llevó a invertir en Magnum, la agencia creada por fotógrafos como Robert Capa y Henri Cartier-Bresson al final de la Segunda Guerra Mundial y que desde entonces ha cubierto por todo el mundo los conflictos históricos más importantes. “Magnum está un poco fuera de la órbita de las empresas en las que invierto normalmente. Fue fruto de una pasión, pensé que sería importante renovar esta gran cooperativa de fotógrafos. Vivimos en un mundo de fake news donde las personas cambian su realidad con Photoshop. La generación de los millennials reacciona mucho más ante las imágenes que ante los textos. Magnum es una gran herencia y espero revivirla. Deseo que la gente vuelva a apreciar este arte de la misma manera que ha vuelto a apreciar los vinilos”, dice.

"¿Hasta qué punto le ha influido crecer en España?”, le pregunto. Su esposo la interrumpe: “Sin ninguna duda, su sentido del humor, que no es ni remotamente alemán”. Nicole suelta una carcajada y continúa: “Creo que es el amor por la vida. Me gusta todo de España, su gente, su comida, la naturaleza. Durante un viaje que hice por Andalucía con unos amigos alemanes ellos no podían entender mi entusiasmo por esos paisajes secos llenos de gloriosos olivos que para mí son una belleza pura”.

Copyright de la foto Alex Bramall

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James Stephens